Una posición correcta para dormir es vital para el descanso, la relajación y también previene el dolor de espalda y musculares.
Una buena almohada, esencial para la salud a largo plazo, es cómoda y automáticamente nos pone en una posición de sueño saludable. Ortopedistas y quiroprácticos están de acuerdo en que casi todos los problemas en el cuello y la espalda empeoran debido a los hábitos de sueño inadecuados y almohadas viejas o de mala calidad, cuando no son causados por ellos.
La almohada no debe ser demasiado alta ni demasiado baja, ya que debe adaptarse a la cabeza respetando las líneas de la columna.
Al dormir boca arriba, elija una almohada baja que soporte la cabeza y otra debajo de las rodillas que colabore de forma que la columna se mantenga en la posición ideal, evitando la lordosis.
La posición ideal es de lado con una almohada media o alta entre los hombros y la cabeza, otra entre las rodillas y una tercera para abrazar.
La posición boca abajo debe evitarse, pero en caso de que sea inevitable utilice una almohada baja.
Para poner a prueba la capacidad de soporte de la almhoada, colóquela esponjada en una superficie plana y dura, y apriete para que salga el aire. Afloje la almohada. Una almohada con una buena capacidad de soporte se desarrollará y volverá a la forma original. Una almohada inadecuada permanece plegada.
Coloque un objeto que pese unos trescientos gramos en la almohada. Una almohada con una buena capacidad de carga empujará el objeto y devolverá la forma original. Una almohada obsoleta que permanece doblada y con el peso en ella, significa que es hora de cambiarla.
Alrededor del 25% del peso de una vieja almohada se debe a la piel muerta, ácaros y sus desechos. Cuide de su salud y bienestar, cambiando su almohada cada 1 año y durante su uso, llévelo al sol siempre que sea posible.
Evitar:
La almohada más alta que la línea de los hombros, la columna queda con una curva acentuada.
Poner el brazo bajo la almohada puede causar bursitis, escoliosis y mala circulación.
